Comunidades de Aprendizaje

Es un proyecto educativo que está orientado hacia el cambio social y educativo. Hay similitudes entre este modelo y las teorías científicas. De este modo, predominan dos factores fundamentales para el aprendizaje en sociedad: las interacciones y la participación de la comunidad.

En las Comunidades de Aprendizaje, se incluyen a todas las personas que intervienen, directa o indirectamente, en el aprendizaje de los estudiantes (el profesorado, los padres, los amigos, la vecindad…). Junto con el diálogo y la ciencia, se está consiguiendo un doble objetivo: poner fin al fracaso escolar y mejorar la convivencia.   

Las Comunidades de Aprendizaje son positivas en algunos aspectos. En primer lugar, ofrece una educación para todos. Luego, fomenta un aprendizaje “multicooperativo”, es decir, que cuenta con la participación de todos. Y, por último, es un proyecto abierto a la comunidad. El centro pasa a ser un espacio educativo para todos. Sin embargo, también presentan debilidades. Normalmente, se espera implicación de la comunidad. Pero, en muchos casos, hay falta de participación. Formar parte de una comunidad, supone implicarse, esforzarse y coordinarse entre los presentes. No es cosa fácil. Pero, si es por un bien, se intenta. Además, hay que arriesgar, innovar, sin ser reticente.

Desde su creación en una escuela de educación primaria en el País Vasco en 1995, este proyecto cuenta con más de 120 Comunidades de Aprendizaje. Debido a su éxito, se han rebasado los límites nacionales creando comunidades de aprendizaje en centros educativos internacionales, como es el caso de Brasil y Chile.

Las Comunidades de Aprendizaje es el efecto contrario a la adaptación y a la segregación. En el aula, se trabaja por grupo heterogéneo. El profesor, figura de referencia, es el encargado de dinamizar los grupos fomentando la solidaridad entre los estudiantes con el fin de que todos consigan con éxito finalizar las actividades.